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Quiero dedicarle un espacio a un par de temas que van muy de la mano, porque todos lo vivimos o viviremos en algún momento, el apego y el duelo.
Cuando hablamos de apego, imaginamos una relación afectiva que en algún momento pudo resultar tormentosa, pero de la cual no queremos salirnos, o incluso es una buena relación pero en la cual uno de los dos o ambos son muy posesivos con el otro o dependientes.
Cuando hablamos de duelo, nos imaginamos la muerte de un ser querido, o la perdida inevitable de esa persona.
Ambos temas son aparentemente diferentes, pero resulta que no hay duelo si no hay un apego (aunque el solo hecho de querer a alguien y perderlo genera dolor), me refiero a un duelo quizás patológico que tendría sus raíces en un apego igualmente negativo.
Abordare ambos temas por separado, pero intentare en algún momento enlazarlos para una mejor comprensión, aunque cabe aclarar que para ello hay mucho que decir, hay libros enteros dedicados a este tema.
Empecemos por el duelo, para después mirar lo que sería una de las raíces (si no la principal) que es el apego afectivo.
Duelo
Definimos duelo como el estado y proceso posterior a la pérdida de un ser querido. Esta pérdida es definitiva y por tal razón se asocia generalmente a la muerte, pero se puede dar duelo sin muerte como la ruptura de una relación, en la que se tiene una pérdida.
Cuando el vínculo afectivo se rompe por cualquier motivo, y no siempre con una persona, sino con un objeto o animal, hay una reacción emocional y comportamental de la persona que lo sufre, hay depresión o tristeza, llantos, rabia, ataques violentos y un buen número de reacciones, todas ellas normales en esos momentos. Hay que tener en cuenta que los especialistas reconocen que para una buena elaboración y superación del duelo no es aconsejable querer huir de esas sensaciones de dolor, pues no se pueden enfrentar si no se sienten. Lo contrario sería la negación de la pérdida, lo que llevaría a comportamientos desadaptativos.
La duración del duelo dependerá de la elaboración del mismo, y esta tiene unas fases, y dependerá a su vez del nivel de apego que se tenga.
También se puede elaborar un duelo incluso desde antes de la perdida, cuando ya se sabe que esta próxima.
Para este caso, recuerdo lo que me dijo una vez una enfermera en una clínica donde se hallaba mi abuelo tras un accidente: “ahora ustedes (la familia) podrán esperar la muerte de él con más tranquilidad, y el día que llegue darán gracias por el estado en que se encuentra, hubiera sido más doloroso recibir la noticia de su muerte justo en el momento del accidente”
Hoy por hoy, después de su fallecimiento, el duelo es inevitable, pero de seguro si hubiera dolido mas en otras circunstancias.
Algunos determinantes que influyen en la elaboración del duelo en caso de muerte son los siguientes:

    * Tipo de relación afectiva con el fallecido.
    * Duración de la enfermedad mortal y la agonía, en caso de existir.
    * Grado de parentesco.
    * Carácter de la muerte.
    * Aspecto del cadáver.
    * Grado de dependencia.
    * Sexo del superviviente.
    * Soporte social, redes sociales.
    * Fe religiosa o planteamiento filosófico vital.
    * Presencia o no de otras experiencias de duelo.
A esto habría que añadir el factor cultural y social, que puede hacer que la elaboración del duelo difiera mucho, si bien no deja de ser fundamental el tipo de vínculo y el apego que el deudo tenía con el ser fallecido. Otro factor a considerar es la presencia de terceros a los que la pérdida les afecte, con lo que se puede dar un duelo solidario.
Y con esto último que se menciona podemos entonces notar que existen diferentes tipos de duelo, pero hablaremos de ellos de forma generalizada, como uno solo.

Hay una técnica que yo llamo la TÉCNICA DEL AUTOENGAÑO, y consiste en una inducción de esperanza o imaginación, que a la vez puede resultar peligrosa por estar apartando de si la realidad, pero que puede mitigar mucho el dolor si se sabe manejar.
La he nombrado técnica del autoengaño sin incluso tener que serlo si creemos en el destino, pero que como ya dije se sale un poco de la realidad, algún día espero poder escribir algo más profundo al respecto y dar una opinión de cuan sano o perjudicial puede ser, pero hasta hoy me ha resultado muy efectiva, tanto en un duelo por perdida terrenal como definitiva, y digo esto porque es de ahí donde parto a inducir lo que todos conocemos como la esperanza, pues mientras haya vida está siempre estará presente.
Hace algún tiempo me vi una película Colombiana llamada “El amor en los tiempos del cólera”, del libro con el mismo nombre de Gabriel García Márquez; en esta si alguna vez la han visto, vemos como Florentino decide esperar al amor de su vida sin dejar de vivir la suya, a pesar que la perdida parece algo definitivo, el nunca perdió la esperanza de que el nuevo amor de Fermina Daza moriría algún día y así podría volver a conquistarla. Después de 51 años el médico y esposo de ella fallece, y ya muy anciano Florentino logra conquistar nuevamente el amor de Fermina, teniendo la historia un final feliz, pero que como novela que es, es el típico final, que en la realidad pudo haber muerto el viviendo su vida esperanzado en esa idea, puedo no haber pasado nada al momento de morir el médico, o morir ella que en ese caso toda esperanza se iría al piso.
Después de ver la película reflexione al respecto y descubrí lo que es la técnica del autoengaño, donde me mentalizo de que mientras haya vida siempre hay esperanza.
Lo increíble y mágico de esto, es que en la medida que te tranquiliza saber que en algún momento lograras recuperar lo perdido, te acostumbras a la realidad y elaboras el duelo.
Ahora la pregunta seria, en caso de muerte ¿cómo funciona la técnica?, y la respuesta puede sonar algo cruel, pero al final termina en la misma costumbre y elaboración del duelo.
Cuando tenemos un ser querido, por más que estemos siempre a su lado, ha habido momentos en que la persona se ha ido de viaje o a trabajar, y podemos pasar días sin verla, al momento de morir, imaginamos que está en un viaje que aunque es sin regreso, algún día volverá, simplemente cada día es el primer día en que se fue, y puede mañana volver. Si al levantarte piensas así, y eso te da la tranquilidad de seguir adelante con tu día, puedes seguir haciéndolo hasta que te acostumbras, pero si el dolor puede mas, y no logras mentalizarte, es entonces (incluyendo perdida no por muerte) cuando debes acudir a un especialista, pues el duelo es muy profundo, y lo mejor es afrontar la realidad que auto inducir la ilusión de que volverá.
De todas formas aplicando o no esta técnica, se debe enfrentar la realidad y elaborarla lentamente sin forzarla, simplemente lo que pretendo con esto, es mitigar un poco el dolor, poder llevar una vida normal, pero cuando sientas ganas de llorar hazlo, cuando recuerdes no lo evites.
El duelo es patológico, según algunos expertos cuando su duración se prolonga a más de 1 año. El normal deberá durar entre 6 y 12 meses.
Después de estudiar algunos autores, encontré que existen 5 etapas del duelo, estas son:
1.       Fase de negación
La persona no admite la idea de la muerte, llegando a negar incluso la enfermedad diagnosticada por el médico.
   2. Fase de ira
La persona admite la enfermedad, se da cuenta de que ésta avanza y no se cura. Es una fase de protesta y de resentimiento, el sujeto se pregunta ¿por qué ha tenido que tocarme a mi?. Se denomina fase de ira porque el paciente proyecta toda su ira en su entorno inmediato.
   3. Fase de negociación
 La persona ya ha aceptado la idea de la muerte y está dispuesto a cualquier cosa con tal de que su médico le ayude y le salve.
   4. Fase de depresión
 Aparece cuando el sujeto se da cuenta de que realmente se encuentra en la etapa final de su vida.
   5. Fase de aceptación
 Suele aparecer al final de la vida, el sujeto ya ha dejado de luchar, y aunque normalmente le acompaña un sentimiento de tristeza, también siente un inmenso deseo de paz y tranquilidad.
Estas son las cinco fases habituales del duelo, hay que mencionar que unas pueden ser más largas que otras e incluso existen pacientes o familiares que pueden saltarse alguna de ellas.
También 4 tareas para completar el duelo:
    * Aceptar la realidad de la pérdida.
    * Experimentar la realidad de la pérdida.
    * Sentir el dolor y todas sus emociones.
    * Adaptarse a un ambiente en el cual falta el ser que murió o se fue, aprender a vivir sin esa persona, tomar decisiones en soledad, retirar la energía emocional y reinvertirla en nuevas relaciones.
Por último, debemos decir que el duelo no es una enfermedad en sí mismo, aunque puede convertirse en una si su elaboración no es correcta. Diferentes autores han dado diferentes tipologías de duelo, si bien se carece de una tipología comúnmente aceptada por todos. Se ha hablado, por ejemplo de duelos complicados, crónicos, congelados, exagerados, reprimidos, enmascarados, psicóticos... y una larga lista.
1. Duelo bloqueado: Ocurre una negación a la realidad de la pérdida, donde hay una evitación del trabajo de duelo, y un bloqueo emocional-cognitivo que se manifiesta a través de conductas, percepciones ilusorias, síntomas somáticos o mentales o relacionales.
2. Duelo complicado: Síntomas o conductas de riesgo sostenidas en el tiempo y de intensidad riesgosas para la salud dentro de un contexto de pérdida.
3. Duelo patológico: La persistencia o intensidad de los síntomas ha llevado a alguno o varios de los miembros de la familia a detener la vida laboral, social, académica, orgánica.
Ahora pasemos a lo que llamamos apego, y descubriremos que la mayoría de las personas somos apegadas de una u otra forma, y también veremos cómo es de malo vivir así, y por qué debemos prestarle mucha atención y trabajar en él:

Apego
El apego se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección. No se trata de un sentimiento inmaterial, sino de conductas observables que comienzan de manera refleja. John Bowlby 1907-1990 fue el primer psicólogo en desarrollar una "Teoría del apego".
Los seres humanos caminamos por la vida deseosos de encontrar algo o alguien que nos brinde la felicidad, pero nunca nos sentimos verdaderamente conformes, nunca encontramos ese algo que necesitamos, y parece que estuviéramos detrás de algo sin sentido para darle sentido a nuestra vida antes de decir adiós.
El patrón común de todo esto es la dependencia, y bajo esta la vida parece resultar muy emocionante y a la vez peligrosa.
Esto se lo debemos en gran parte a nuestras culturas, que se encargan de llenarnos de basura nuestras débiles mentes, poniendo en nuestro camino una cantidad de exigencias cada vez mayores, como tener que ser 90-60-90 de físico en las mujeres, o el tipo fisicoculturista en los hombres para poder ser dignos de amor, tener mucho dinero para ser valorados entre muchas otras etiquetas que nos regala el comercio y una cultura cada vez mas detestable y superficial, pero que nadie parece darse cuenta, y más bien acepta esto sin ningún reproche haciéndose más infelices por no poder alcanzar estas “metas”
Esa vida perfecta que la cultura nos impone, nos hace olvidar quiénes somos y lo que queremos realmente. Nos convertimos en símbolos de prestigio o en seres insuficientes.
Pensamos que el amor, la aprobación, la admiración es algo que el otro nos va a otorgar cuando hagamos meritos frente a él, y probemos que somos exitosos.
Los celos por ejemplo son una señal de control y de poseer al otro, y será un tema que abordare en un próximo artículo más detalladamente.
Es interesante y maravilloso cuando alguien comprende que no se ama a sí mismo, y más bien ha estado viviendo su vida para que los demás lo aprueben y tal vez lo amen luego.
Eso nos hace apegar, eso nos hace infelices, insatisfechos y vivimos en un afán de descubrir lo que ya tenemos en nosotros mismos.
Podemos leer los libros el amor de leo Buscaglia y amar o depender de Walter riso, allí encontraremos una sabiduría hermosa respecto al amor propio y el apego.
Pero como somos personas dependientes, apegadas, nos debemos ayudar buscando ayuda, debemos valorarnos más. Sin embargo que hacer con una relación que se que no me conviene y aun así continuo sirviéndome de títere del otro, que sería otro tema a tocar, pero que quiero terminar este articulo con esta otra técnica que he manejado muy bien y se complementa con la vista anteriormente en el caso del duelo, a esta la llamo LA TÉCNICA DEL REBOTE.
Resulta que el apego nos hace establecer vínculos a diestra y siniestra, y no falta aquella persona que nos brinda esa satisfacción de dolor, peligro, adicción y emoción, más incluso que verdadero amor. Es en estas relaciones donde nos apegamos y volvemos dependientes, y conozco casos de hombres y mujeres que siendo consientes del daño que el otro les causa, siguen ahí sumidos al dolor por el temor a perder, al duelo.
Después de conocer estos casos (de los cuales veremos las raíces cuando abordemos el tema de los celos), descubrí una técnica maravillosa basándome en que el problema principal de toda relación, productiva o destructiva, está en el dialogo, y es que tenemos lenguaje, algo que no tienen los otros animales de nuestro mundo, pero aun así no lo sabemos emplear.
Sabemos por ejemplo que el ser humano miente en promedio 3 veces cada 10 minutos de conversación.
Lo que yo quiero no es lo que tú quieres, y viceversa, pero no acordamos algo que nos convenga a los dos, no hablamos claro y engañamos para obtener egoístamente lo que queremos en nuestra individualidad, sin tener en cuenta los sentimientos y objetivos del otro.
Cuando me llegaron varias personas con este problema hecho conciencia, llevado a la luz, pero con el inconveniente de no poder decir por temor a perder, de tener que callar, les di este método el cual tiene como finalidad la misma del método del autoengaño en el duelo, tranquilizarse y “tirar relajo” para al final acostumbrarse y superarlo, y esto aplica para dos formas, si aun tienes esta pareja, lo más aconsejable es hablar primero, si el dialogo no funciona tomar una decisión, que la más conveniente es no continuar en una relación que te hace daño, entonces déjale, y la otra forma es cuando esta persona ya te dejo sin ninguna explicación o sin tu aceptación. De cualquier forma, sientes que te falto decir muchas cosas, pero sabes que no vale la pena decirlas porque te sentirás humillado y tu dignidad se irá al abismo.
Lo que se recomienda entonces es escribir, es fácil, rápido y eficaz. Pero ante todo, al igual que con muchas técnicas, lo que debe existir previo es mentalizarse en lo que harás, darle un nombre y poner tu objetivo si es posible también por escrito.
Para una mejor comprensión pondré un ejemplo:
Juliana es una joven que se enamora de un hombre el cual desde el principio la ha humillado y hecho sentir alguien inferior a él. Este sujeto solo la busca para tener sexo, y solo en esos momentos es romántico y cariñoso, el resto del tiempo la trata mal. Ella es consciente de eso, pero  no quiere perderlo, porque a pesar que al principio se pidió sinceridad, y se hablo con supuesta sinceridad, no la hubo, y ahora las cosas están mal, pero ella ya se enamoro.
Ella no se atreve a dejarlo, pero el toma la iniciativa y la abandona dejando una herida difícil de sanar. Juliana comienza a buscarlo y pedirle perdón por algo que ella no ha hecho (¿Por qué le pide perdón?), el no la acepta, y aun así ella siente que puede recuperarlo y cambiarlo.
Podría emplear la técnica que di en el tema del duelo, y llenarse de esperanza hasta que se acostumbre a no tenerlo o incluso lo podría recuperar, porque mientras haya vida hay esperanza, pero ¿será que vale la pena ilusionarse con este hombre?
Lo que se le recomienda es utilizar la técnica del rebote, ya que el amor lo damos como lanzando una pelota en este caso contra una pared que nos lo devuelve sin calor ni un ingrediente propio del amor; damos pero no recibimos. Y así mismo necesitamos hablar, pero no está ese alguien, o no quiere escuchar, o a la larga ya no tiene sentido que lo haga. Entonces coge un cuaderno que será como un diario el cual representara en esencia a ese hombre que tanto “quiere” o más bien del cual esta apegada. Cada que quiera decirle a él lo que quiere, siente o piensa, lo escribirá, y simbólicamente será como decírselo a la persona realmente, aunque no escuchará. Eso le da tranquilidad, pues ya se ha mentalizado de que simbólicamente el cuaderno es la mente, los ojos y los oídos del otro, y a la larga, se aburrirá de hacer esto, lo podrá leer y hasta risa le causará porque el interés que le generaba al principio ya se ha esfumado.
Se acostumbra a no tocar el tema con él y puede empezar a dar el primer paso al desapego, porque esto es solo el principio.
Así termino con este pequeño artículo que nos da la base para empezar un trabajo largo, pues ni el duelo ni el apego se manejaran de forma tan simple, pero de momento nos darán tranquilidad y serán el paso inicial para tomar conciencia de lo que debemos hacer, claro esta que hay un ingrediente adicional, y sin el ninguna de estas dos tecnicas funciona, y es que se debe evitar al maximo cualquier estimulo que traiga recuerdos o imagenes dolorosa a la mente, asi sopongamos que es muy bueno o lindo, por ejemplo evitar escuchar canciones que nospongan nostalgicos o visitar los mismo lugares. Hay cosas que no se pueden evitar, por ejemplo estar en la casa que compartian si vivian juntos, pero si puedes evitar ver la pelicula que tanto le gustaba, o escuchar la cancion que se dedicaron...
Por último les dejo unos enlaces para descargar libros recomendados referentes al tema, para ver la película de la cual hable y el artículo que sigue como complemento a este, los celos.

Enlaces
Articulo de los celos
DUMA

El informe es una exposición meticulosa y precisa de lo observado en las entrevistas de evaluación, con la finalidad de transmitir al destinatario los resultados, conclusiones y sugerencias en base a los datos obtenidos y al análisis realizado, conforme a un marco teórico de referencia. El informe tiene diversos propósitos. En principio, permite llevar un registro del rendimiento y estado cognitivo del sujeto, el cual sirve tanto a laos fines clínicos como experimentales. Por otro lado, es una herramienta útil para guiar, en forma sistemática, la “devolución”. Finalmente, es el documento que se va a entregar al paciente o, en caso de que este haya sido derivado, al medico a cargo; por consiguiente, debe estar redactado en un lenguaje comprensible, con los términos técnicos, si los hubiere, acompañados de las explicaciones y fundamentos teóricos que le sustenten.
Estructura y contenido del informe:
El contenido del informe variara en razón al motivo por el cual fue solicitada la evaluación, diagnostico diferencial, seguimiento, investigación, plan de rehabilitación, etc.
Habitualmente se prefiere agrupar los resultados de acuerdo a las áreas involucradas (memoria, atención, lenguaje, etc.), lo que permite elaborar el perfil cognitivo del paciente, planificar estrategias de intervención y monitorear los cambios a lo largo del tiempo.
Existen dos tendencias con respecto de la cantidad de datos que deben incluirse en el informe neuropsicológico. Por un lado, están quienes piensan que lo fundamental es describir el rendimiento cognitivo, detallando el estado de cada una de las funciones evaluadas, pero sin mencionar los puntajes, salvo en aquellos casos que expresamente lo soliciten. Por otro lado, ciertos autores sostienen que a la importancia que adquiere la estandarización y normatización de las técnicas neuropsicológicas en el momento de programar la evaluación los puntajes resultan fundamentales y si debería incluirse. Sin embargo y teniendo en cuenta ambas tendencias, el informe consta de las siguientes secciones como regla:
1. Encabezamiento.- es la primera parte y habitualmente contiene:
Datos del paciente: nombre y apellido, edad y escolaridad.
Motivo de la evaluación y si hubo evaluaciones previas.
Nombre del examinador
2. Métodos: enumeración (y si fuera necesario la descripción) de los procedimientos o técnicas utilizadas.
3. Resultados: exposición ordenada y detallada de los datos obtenidos (de acuerdo a la lógica proveniente del marco teórico utilizado), a partir de las pruebas explicitadas en el punto anterior. En caso de ser una reevaluación, comparar los resultados con los previos.

4. Conclusiones: parte final del informe, en la que se resumen los hallazgos que surgen del análisis de los datos.

Es necesario recordar que la evaluación neuropsicológica colabora y/o corrobora el diagnostico, por lo que los resultados deben ser interpretados tanto en el contexto de la historia clínica como del examen neurológico. En el análisis de los resultados, es importante estudiar e incluir el funcionamiento basal (premórbido) del sujeto, a fin de poderlo comparar con el actual. En general para calcular la inteligencia premórbida se utilizan las capacidades mas resistentes y/o menos vulnerables a las disfunciones cognitivas, como las pruebas de vocabulario y de otras habilidades verbales relacionadas: test de lectura, sub-ítems verbales del WAIS, que nos van a indicar el nivel intelectual que alcanzo el sujeto. Se calcula entonces, a partir de la puntuación mas lata y se comparan con ella todas las demás puntuaciones obtenidas por el paciente. El informe, por lo tanto, debe incluir una opinión en lo que concierne a:

1. El estado cognitivo actual representa una declinación respecto a un nivel anterior.
2. Los elementos que puedan colaborar a esclarecer si esta declinación responde a factores orgánicos, funcionales o emocionales
3. El impacto de las alteraciones en las actividades de la vida diaria.

tomado de: vision psicologica

El trastorno limite de la personalidad (TLP), esta definido por el DSM-IV como un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la efectividad, y una notable impulsividad, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos.
Es un problema actual y muy comun entre nuestras sociedades.
Esta indicado por 5 o mas de los siguientes items:
1. esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: No incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
2. un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.
3. alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.
4. impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota: No incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
5. comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de automutilación.
6. inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días)
7. sentimientos crónicos de vacío.
8. ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
9. ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.

Para hablar de ello, acudiré a dos articulos que he encontrado, uno de la ya citada anteriormente, la Dra Claudia Bermudez y del libro Gunderson, J. (1995). Trastorno Límite de la personalidad (guía clínica) Ed. Ars Medica, tomado de vision psicologica.

El trastorno limite de la personalidad (TLP) fue incorporado al DSM – III en 1980 y 12 años mas tarde, en la CIE – 10. Los orígenes de este diagnostico se remontan a las observaciones clínicas de Adolph Stern, un psicoanalista que en su consulta partículas identifico un subgrupo de pacientes que no encajaban en los limites habituales de la psicoterapia ni en el sistema clasificatorio vigente en la época, un sistema centrado básicamente en la división entre la psicosis y neurosis.

La utilización del termino Limite para designas los casos atípicos y que causaban problemas clínicos deambulo por la periferia del pensamiento psiquiátrico sin alcanzar ningún progreso destacable hasta los avances que se produjeron a finales de la décadas de 1960. En ese momento, la confluencia de tres líneas de investigación independientes introdujo de lleno las cuestiones sobre el diagnóstico del trastorno limite.

La persona con Trastorno Límite de Personalidad (TLP) vive con una notoria predisposición a actuar de modo impulsivo, desbordado e impetuoso, en un vertiginoso torbellino emocional mediante el cual busca desesperadamente alivio y tranquilidad. Aunque recurra a conductas autodestructivas, lo hace sin tener en cuenta las consecuencias, puesto que su capacidad de planificación es mínima.

Los autores especializados en la materia coinciden en señalar que existen múltiples factores de tipo biológico, psicosocial y de aprendizaje que interactúan entre sí para que se produzca el TLP:

  1. El Modelo Cognitivo considera el trastorno como resultado de esquemas y patrones cognitivos disfuncionales.
  2. La Teoría Biosocial del Aprendizaje propone la interacción recíproca de factores biológicos y aprendizaje social en el origen del trastorno.
  3. Modelo Dialéctico: la mayoría de los comportamientos se pueden explicar como resultado de errores de diálogo entre los polos opuestos en los que a menudo se mueve el TLP.
  4. Ambiente Familiar: la mayoría de los especialistas refiere que el ambiente recibido en la infancia temprana es crucial para la evolución del trastorno, en particular, si no se establece un vínculo seguro entre los que proporcionan cuidados y el niño. Muchos pacientes refieren abusos o negligencias en esta etapa.

En el trasfondo familiar se encuentran dos tipologías familiares en las que aparecen casos de TLP:

  1. Familias caótico-inestables: se caracterizan por constantes crisis conyugales y disputas familiares, escenarios impulsivos, consumo de alcohol, dependencias a personas o a sustancias y la utilización de los hijos como chivo expiatorio o como el ‘nudo’ que sostiene la relación de pareja.
  2. Familias negligentes y practicantes del abuso emocional: tienen como rasgos característicos la frialdad y distanciamiento emocional con los niños, la desmoralización o invalidación personal, la negligencia en la atención y cuidado, la separación temprana de los padres, o fases largas de depresión por parte de alguno de los padres.

Algunos de los factores ambientales implicados son:

  1. Vivencias traumáticas en la infancia. Algunos de los pacientes refieren abusos sexuales por alguien que no estaba a su cargo
  2. Comunicación y regulación emocional inadecuada en la primera infancia.
  3. Actitudes extremas en la crianza, ya sea negligencia o sobreprotección, incoherencia o desacuerdo de los padres, rigidez o extrema flexibilidad.
  4. Invalidación, respuesta inapropiada a la comunicación de experiencias privadas por parte del niño, ya sean ignoradas, castigadas o minimizadas.
  5. Adopción.
  6. Desestructuración familiar por separación, enfermedad psiquiátrica o adicciones en los progenitores.
  7. Deficiente o inexistente red de apoyo fuera de la familia.

Factores biológico-genéticos: Torgensen distingue dos posibles subtipos, el TLP ‘impulsivo’ y el TLP ‘vacío’, admitiendo una ligera influencia genética en el primero, mientras que el segundo podría estar genéticamente relacionado con la esquizofrenia.

Algunos autores señalan que la biología puede ser un factor crucial en el desarrollo del TLP. Un infante hipersensible puede interpretar las palabras cariñosas como hirientes o sarcásticas. Ante la impulsividad y los desajustes de conducta, los padres actúan con acciones disciplinarias interpretadas como abusos por este tipo de niños. Se han propuesto actuaciones muy tempranas en niños para intentar corregir los desajustes neuroquímicos que subyacen a la desregulación emocional y que posteriormente se pueden fijar.

Entre otros factores biológicos se han señalado:

  1. Problemas en el embarazo o parto: partos prematuros o con complicaciones podrían favorecer la vulnerabilidad emocional, así como el estrés en la madre durante el embarazo y postparto, hijos no deseados, maltrato o problemas de pareja, depresión postparto grave o un deficiente vínculo madre- hijo.
  2. Neurotransmisores. En particular, se sabe que la fisostigmina, un estimulante colinérgico, provoca respuestas extrañamente específicas en los TLP, como manifestaciones depresivas generales.
  3. Inmadurez en la coordinación de redes neuronales. Existen investigaciones que sugieren que algunas anormalidades encontradas indican un fallo en la maduración y desarrollo del sentido de la propia identidad.

Las conductas suicidas no son exclusivas del TLP. Aparecen en otros trastornos mentales e incluso de forma más grave, como en el trastorno bipolar, la depresión o la esquizofrenia.

Estas conductas suelen aparecer como llamadas de atención, pero hay que tomarlas muy en cuenta y abordarlas lo antes posible en la psicoterapia ya que los pacientes TLP que llegan a consumar el suicidio tuvieron numerosos intentos y auto-lesiones graves.

Factores que pueden precipitar la consumación del suicidio en pacientes con estos antecedentes son el abuso de algún tipo de sustancia (especialmente alcohol y cocaína), el aislamiento social o la falta de apoyo familiar, el abandono de vínculos terapéuticos o el incumplimiento de las indicaciones farmacológicas.

Los datos indican que un alto porcentaje de las personas TLP consiguen la remisión en un par de años, con gran probabilidad de presentar un buen funcionamiento global y psicosocial.

La Psicoterapia con pacientes con Trastornos de Personalidad en general, constituye uno de los retos más importantes entre los profesionales de la Salud Mental, ya que se le consideraba de forma escéptica, pero durante los últimos años se han desarrollado exitosamente varios tipos específicos de Psicoterapia para el tratamiento del TLP.

Estudios recientes concluyen que produce mejoras substanciales en este trastorno puesto que los objetivos de la terapia son lograr eficientes competencias relacionales, asertividad, habilidades sociales e interpersonales sanas, manejo adaptativo de la angustia y de las crisis así como la identificación y regulación de las reacciones emocionales. Ha mostrado ser efectiva tanto para modificar las conductas suicidas como para aliviar la ira y reducir las reacciones agresivas al explorar y clarificar aspectos de los patrones de relación e incrementar la capacidad para percibir de forma realista a los otros para lograr establecer vínculos más gratificantes.

La Terapia de Pareja es útil para estabilizar las relaciones y en la reducción del conflicto. La Terapia Familiar ayuda a mejorar la comunicación familiar al brindarles estrategias para la resolución de problemas y proporciona apoyo a los miembros del grupo para abordar la condición de su ser querido.

Hay dos patrones de implicación familiar que puede ayudar a los clínicos a planear intervenciones desde la familia: la sobreprotección o la negligencia. Los pacientes de TLP que se encuentran en familias sobreprotectoras tienen que luchar a menudo con temas de dependencia, negación o enfado de los padres. Sus síntomas coinciden con relaciones personales inestables, impulsividad, inestabilidad afectiva, respuesta agresiva a la frustración, ira inapropiada, trastornos de identidad, sentimientos crónicos de vacío, incapacidad de planificación.

Los medicamentos, indispensables en la mayoría de los casos de TLP sirven para mitigar algunos de los síntomas más apremiantes como la depresión, ansiedad e irritabilidad, pero no resuelven, por sí mismos, la problemática subyacente. Por eso, es aconsejable el tratamiento psicoterapéutico, llevado a cabo por un profesional experto; por lo que es pertinente aclarar que más importante que la adhesión de un terapeuta a una teoría, es su experiencia clínica y una actitud flexible que le permita utilizar en su abordaje terapéutico técnicas y estrategias variadas, y, sobre todo, contar con una especial capacidad para escuchar la problemática y la demanda de ayuda del paciente y de su familia.

Los objetivos generales de la psicoterapia están encaminados a que el paciente pueda mejorar sus relaciones interpersonales y disminuir la intensidad y presencia de conductas autodestructivas, así como la comprensión de sus conflictos internos y relacionales. Los TLP, con el tiempo y un tratamiento adecuado, pueden remitir, reduciendo el sufrimiento.

Los psicoterapeutas no atendemos casos o enfermedades o trastornos, sino seres humanos particulares, complejos, no reductibles a un diagnóstico. Escuchamos a la persona en concreto, su malestar, su caso particular y específico. El diagnóstico no es una verdad absoluta sino una herramienta útil para guiar a los profesionales en la dirección de la cura terapéutica.

Los criterios DSM – IV para el TLP solo han cambiado ligeramente desde sus orígenes, en el DSM – III. Los cambios se han basado en una amplia serie de estudios descriptivos. Los criterios aparecen ordenados en la tabla según su valor diagnostico. El texto que viene a continuación es una ampliación de cada criterio para enfatizar su significado clínico, pues son los mismos criterios descritos al principio, pero aca estan detallados de forma mas pedagogica:


1. Relaciones Interpersonales intensas e inestables. Este criterio describe las manifestaciones interpersonales de la escisión intrapsiquica. Una característica fundamental de la sicopatología limite es la incapacidad de relacionarse con las personas significativas del entorno (es decir, fuentes potenciales de atención o protección) sin idealizarlas, si la relación es gratificante o devaluadas, si no lo es; Kernberg (1967) es el responsable de la identificación de la relevancia del constructo kleniano de la escisión para el TLP. Su teoría relaciona esta escisión con la cólera incontrolada, que inicialmente se dirige hacia personas del entorno que aun son necesarias para el paciente.

2. Impulsividad. Este criterio evolucione desde la literatura medica inicial, en la que se describían los problemas de acting out en las terapias como una forma de resistencia o huida de los propios ceñimientos y conflictos. Los estudios empíricos también pusieron de manifiesto que la impulsividad de los sujetos Límite era, hasta cierto punto, distinta de la naturaleza autolesiva. Así, la posibilidad de recaída de una persona con TLP que abusa de sustancias seria grande en una situación de cólera hacia la persona responsable de su tratamiento o si esta persona esta ausente o no disponible.

3. Intolerancia Afectiva. Este criterio fue desarrollado en los trabajos de los primeros observadores clínicos que quedaron impresionados por la intensidad, labilidad y variedad de las reacciones afectivas de estos pacientes.
4. Ira. Tal y como ya surgió por primera vez Kernberg (1967), la fuente de la sicopatología limite implicaba una agresividad excesiva debida bien a un exceso temperamental o bien a una respuesta infantil a una frustración excesiva.

5. Conductas suicidas o autodestructivas. Los intentos, gestos o amenazas recurrentes de suicidio o las conductas autolesivas son la especialidad conductual de los pacientes. Limite. Este criterio es tan prototipito de estas personas que cuando el especialista se encuentre ante estas conductas el diagnostico rápidamente viene a su mente. La presencia de este comportamiento ayuda a identificar un TLP comorbido en pacientes que acuden a la consulta por depresión o ansiedad.

6. Alteración de la identidad. Este criterio proviene de la descripción de Kernberg este criterio ha sufrido modificaciones destinadas a diferenciarlo de los problemas genéricos de identidad que aparecen como aspectos normales del desarrollo, en especial durante la adolescencia. Este criterio intenta abarcar las distorsiones de la imagen corporal que se observa en personas con anorexia o con un trastorno dismorfico corporal; aun mas importante, intenta identificar los trastornos del “si mismo” (self) que son mas específicos de lo pacientes limites limite, es decir, adultos cuyos valores, hábitos y actitudes están excesivamente influidos por los de las personas con quienes están, hasta el punto de que creen carecer de identidad.

7. Sentimientos de vació. Los primeros analistas consideraban que si la fase oral del desarrollo no se completaba on éxito se creaba un dispocision hacia la depresión y hacia las relaciones dependientes, con avidez de objeto en la vida adulta. Esta conceptualización por los teóricos de las relaciones objétales.

8. Miedo al abandono. Este criterio refleja la principal aportación de Masterson al constructo Límite. El criterio debe diferenciarse de la ansiedad causada por la separación, más común y menos patológica. Aunque los pacientes Limite son bastante consientes de su temor a ser abandonados, algunos están tan acostumbrados a responder a estos miedos con sobre actuaciones que no los reconocen.
9. Pérdida del juicio de realidad. Este criterio deriva de la literatura clínica anterior, que hablaba de trasferencias psicoticas y del potencial de regresión psicótica en un contexto terapéutico no estructurado además la especulación sobre la posible relación ente la sicopatología límite y la esquizofrenia se alimento de reflexiones tan dispares sobre la regresión psicótica en contextos no estructurados como por ejemplo el test de Rorschach.

“Soy TLP, mi forma de vida se puede definir en dos palabras: blanco o negro, sí o no, todo o nada. No acepto medias tintas, la gente que quiera estar conmigo está o no está; está conmigo o en mi contra, yo hago exactamente lo mismo.

"Puedo ser sutilmente dulce y tierna o abiertamente agresiva; prudente y discreta como una tumba o la peor intrigosa que pueda existir. Si estás conmigo disfrutando de un momento placentero y dices o haces algo que no me guste, me vuelvo violenta y agresiva de repente; cuando eso pase, por favor no intentes calmarme, aléjate y déjame, no me hables, porque puedo destruirte de muchas formas.

"¿Sabes cuál pregunta me ‘repatea’: ¿cómo puedes ser tan lista para unas cosas y tan tonta para otras? Nunca te atrevas a hacerla, podemos terminar muy mal los dos.

"Las personas que me rodean se confunden conmigo, soy capaz de llorar al ver en la televisión algo triste, una película o las noticias... pero las tragedias reales, aunque sean de personas que quiero, rara vez me producen algún efecto, no sé por qué, pero así soy. Te sorprenderá saber –pero muy pronto te darás cuenta- que tú puedes tener una idea acerca de mí y otra persona una totalmente diferente, y las dos tienen la razón, así soy, esa soy yo exactamente”. (Paciente con TLP)

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