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El informe es una exposición meticulosa y precisa de lo observado en las entrevistas de evaluación, con la finalidad de transmitir al destinatario los resultados, conclusiones y sugerencias en base a los datos obtenidos y al análisis realizado, conforme a un marco teórico de referencia. El informe tiene diversos propósitos. En principio, permite llevar un registro del rendimiento y estado cognitivo del sujeto, el cual sirve tanto a laos fines clínicos como experimentales. Por otro lado, es una herramienta útil para guiar, en forma sistemática, la “devolución”. Finalmente, es el documento que se va a entregar al paciente o, en caso de que este haya sido derivado, al medico a cargo; por consiguiente, debe estar redactado en un lenguaje comprensible, con los términos técnicos, si los hubiere, acompañados de las explicaciones y fundamentos teóricos que le sustenten.
Estructura y contenido del informe:
El contenido del informe variara en razón al motivo por el cual fue solicitada la evaluación, diagnostico diferencial, seguimiento, investigación, plan de rehabilitación, etc.
Habitualmente se prefiere agrupar los resultados de acuerdo a las áreas involucradas (memoria, atención, lenguaje, etc.), lo que permite elaborar el perfil cognitivo del paciente, planificar estrategias de intervención y monitorear los cambios a lo largo del tiempo.
Existen dos tendencias con respecto de la cantidad de datos que deben incluirse en el informe neuropsicológico. Por un lado, están quienes piensan que lo fundamental es describir el rendimiento cognitivo, detallando el estado de cada una de las funciones evaluadas, pero sin mencionar los puntajes, salvo en aquellos casos que expresamente lo soliciten. Por otro lado, ciertos autores sostienen que a la importancia que adquiere la estandarización y normatización de las técnicas neuropsicológicas en el momento de programar la evaluación los puntajes resultan fundamentales y si debería incluirse. Sin embargo y teniendo en cuenta ambas tendencias, el informe consta de las siguientes secciones como regla:
1. Encabezamiento.- es la primera parte y habitualmente contiene:
Datos del paciente: nombre y apellido, edad y escolaridad.
Motivo de la evaluación y si hubo evaluaciones previas.
Nombre del examinador
2. Métodos: enumeración (y si fuera necesario la descripción) de los procedimientos o técnicas utilizadas.
3. Resultados: exposición ordenada y detallada de los datos obtenidos (de acuerdo a la lógica proveniente del marco teórico utilizado), a partir de las pruebas explicitadas en el punto anterior. En caso de ser una reevaluación, comparar los resultados con los previos.

4. Conclusiones: parte final del informe, en la que se resumen los hallazgos que surgen del análisis de los datos.

Es necesario recordar que la evaluación neuropsicológica colabora y/o corrobora el diagnostico, por lo que los resultados deben ser interpretados tanto en el contexto de la historia clínica como del examen neurológico. En el análisis de los resultados, es importante estudiar e incluir el funcionamiento basal (premórbido) del sujeto, a fin de poderlo comparar con el actual. En general para calcular la inteligencia premórbida se utilizan las capacidades mas resistentes y/o menos vulnerables a las disfunciones cognitivas, como las pruebas de vocabulario y de otras habilidades verbales relacionadas: test de lectura, sub-ítems verbales del WAIS, que nos van a indicar el nivel intelectual que alcanzo el sujeto. Se calcula entonces, a partir de la puntuación mas lata y se comparan con ella todas las demás puntuaciones obtenidas por el paciente. El informe, por lo tanto, debe incluir una opinión en lo que concierne a:

1. El estado cognitivo actual representa una declinación respecto a un nivel anterior.
2. Los elementos que puedan colaborar a esclarecer si esta declinación responde a factores orgánicos, funcionales o emocionales
3. El impacto de las alteraciones en las actividades de la vida diaria.

tomado de: vision psicologica

El trastorno limite de la personalidad (TLP), esta definido por el DSM-IV como un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la efectividad, y una notable impulsividad, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos.
Es un problema actual y muy comun entre nuestras sociedades.
Esta indicado por 5 o mas de los siguientes items:
1. esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: No incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
2. un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.
3. alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.
4. impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota: No incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
5. comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de automutilación.
6. inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días)
7. sentimientos crónicos de vacío.
8. ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
9. ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.

Para hablar de ello, acudiré a dos articulos que he encontrado, uno de la ya citada anteriormente, la Dra Claudia Bermudez y del libro Gunderson, J. (1995). Trastorno Límite de la personalidad (guía clínica) Ed. Ars Medica, tomado de vision psicologica.

El trastorno limite de la personalidad (TLP) fue incorporado al DSM – III en 1980 y 12 años mas tarde, en la CIE – 10. Los orígenes de este diagnostico se remontan a las observaciones clínicas de Adolph Stern, un psicoanalista que en su consulta partículas identifico un subgrupo de pacientes que no encajaban en los limites habituales de la psicoterapia ni en el sistema clasificatorio vigente en la época, un sistema centrado básicamente en la división entre la psicosis y neurosis.

La utilización del termino Limite para designas los casos atípicos y que causaban problemas clínicos deambulo por la periferia del pensamiento psiquiátrico sin alcanzar ningún progreso destacable hasta los avances que se produjeron a finales de la décadas de 1960. En ese momento, la confluencia de tres líneas de investigación independientes introdujo de lleno las cuestiones sobre el diagnóstico del trastorno limite.

La persona con Trastorno Límite de Personalidad (TLP) vive con una notoria predisposición a actuar de modo impulsivo, desbordado e impetuoso, en un vertiginoso torbellino emocional mediante el cual busca desesperadamente alivio y tranquilidad. Aunque recurra a conductas autodestructivas, lo hace sin tener en cuenta las consecuencias, puesto que su capacidad de planificación es mínima.

Los autores especializados en la materia coinciden en señalar que existen múltiples factores de tipo biológico, psicosocial y de aprendizaje que interactúan entre sí para que se produzca el TLP:

  1. El Modelo Cognitivo considera el trastorno como resultado de esquemas y patrones cognitivos disfuncionales.
  2. La Teoría Biosocial del Aprendizaje propone la interacción recíproca de factores biológicos y aprendizaje social en el origen del trastorno.
  3. Modelo Dialéctico: la mayoría de los comportamientos se pueden explicar como resultado de errores de diálogo entre los polos opuestos en los que a menudo se mueve el TLP.
  4. Ambiente Familiar: la mayoría de los especialistas refiere que el ambiente recibido en la infancia temprana es crucial para la evolución del trastorno, en particular, si no se establece un vínculo seguro entre los que proporcionan cuidados y el niño. Muchos pacientes refieren abusos o negligencias en esta etapa.

En el trasfondo familiar se encuentran dos tipologías familiares en las que aparecen casos de TLP:

  1. Familias caótico-inestables: se caracterizan por constantes crisis conyugales y disputas familiares, escenarios impulsivos, consumo de alcohol, dependencias a personas o a sustancias y la utilización de los hijos como chivo expiatorio o como el ‘nudo’ que sostiene la relación de pareja.
  2. Familias negligentes y practicantes del abuso emocional: tienen como rasgos característicos la frialdad y distanciamiento emocional con los niños, la desmoralización o invalidación personal, la negligencia en la atención y cuidado, la separación temprana de los padres, o fases largas de depresión por parte de alguno de los padres.

Algunos de los factores ambientales implicados son:

  1. Vivencias traumáticas en la infancia. Algunos de los pacientes refieren abusos sexuales por alguien que no estaba a su cargo
  2. Comunicación y regulación emocional inadecuada en la primera infancia.
  3. Actitudes extremas en la crianza, ya sea negligencia o sobreprotección, incoherencia o desacuerdo de los padres, rigidez o extrema flexibilidad.
  4. Invalidación, respuesta inapropiada a la comunicación de experiencias privadas por parte del niño, ya sean ignoradas, castigadas o minimizadas.
  5. Adopción.
  6. Desestructuración familiar por separación, enfermedad psiquiátrica o adicciones en los progenitores.
  7. Deficiente o inexistente red de apoyo fuera de la familia.

Factores biológico-genéticos: Torgensen distingue dos posibles subtipos, el TLP ‘impulsivo’ y el TLP ‘vacío’, admitiendo una ligera influencia genética en el primero, mientras que el segundo podría estar genéticamente relacionado con la esquizofrenia.

Algunos autores señalan que la biología puede ser un factor crucial en el desarrollo del TLP. Un infante hipersensible puede interpretar las palabras cariñosas como hirientes o sarcásticas. Ante la impulsividad y los desajustes de conducta, los padres actúan con acciones disciplinarias interpretadas como abusos por este tipo de niños. Se han propuesto actuaciones muy tempranas en niños para intentar corregir los desajustes neuroquímicos que subyacen a la desregulación emocional y que posteriormente se pueden fijar.

Entre otros factores biológicos se han señalado:

  1. Problemas en el embarazo o parto: partos prematuros o con complicaciones podrían favorecer la vulnerabilidad emocional, así como el estrés en la madre durante el embarazo y postparto, hijos no deseados, maltrato o problemas de pareja, depresión postparto grave o un deficiente vínculo madre- hijo.
  2. Neurotransmisores. En particular, se sabe que la fisostigmina, un estimulante colinérgico, provoca respuestas extrañamente específicas en los TLP, como manifestaciones depresivas generales.
  3. Inmadurez en la coordinación de redes neuronales. Existen investigaciones que sugieren que algunas anormalidades encontradas indican un fallo en la maduración y desarrollo del sentido de la propia identidad.

Las conductas suicidas no son exclusivas del TLP. Aparecen en otros trastornos mentales e incluso de forma más grave, como en el trastorno bipolar, la depresión o la esquizofrenia.

Estas conductas suelen aparecer como llamadas de atención, pero hay que tomarlas muy en cuenta y abordarlas lo antes posible en la psicoterapia ya que los pacientes TLP que llegan a consumar el suicidio tuvieron numerosos intentos y auto-lesiones graves.

Factores que pueden precipitar la consumación del suicidio en pacientes con estos antecedentes son el abuso de algún tipo de sustancia (especialmente alcohol y cocaína), el aislamiento social o la falta de apoyo familiar, el abandono de vínculos terapéuticos o el incumplimiento de las indicaciones farmacológicas.

Los datos indican que un alto porcentaje de las personas TLP consiguen la remisión en un par de años, con gran probabilidad de presentar un buen funcionamiento global y psicosocial.

La Psicoterapia con pacientes con Trastornos de Personalidad en general, constituye uno de los retos más importantes entre los profesionales de la Salud Mental, ya que se le consideraba de forma escéptica, pero durante los últimos años se han desarrollado exitosamente varios tipos específicos de Psicoterapia para el tratamiento del TLP.

Estudios recientes concluyen que produce mejoras substanciales en este trastorno puesto que los objetivos de la terapia son lograr eficientes competencias relacionales, asertividad, habilidades sociales e interpersonales sanas, manejo adaptativo de la angustia y de las crisis así como la identificación y regulación de las reacciones emocionales. Ha mostrado ser efectiva tanto para modificar las conductas suicidas como para aliviar la ira y reducir las reacciones agresivas al explorar y clarificar aspectos de los patrones de relación e incrementar la capacidad para percibir de forma realista a los otros para lograr establecer vínculos más gratificantes.

La Terapia de Pareja es útil para estabilizar las relaciones y en la reducción del conflicto. La Terapia Familiar ayuda a mejorar la comunicación familiar al brindarles estrategias para la resolución de problemas y proporciona apoyo a los miembros del grupo para abordar la condición de su ser querido.

Hay dos patrones de implicación familiar que puede ayudar a los clínicos a planear intervenciones desde la familia: la sobreprotección o la negligencia. Los pacientes de TLP que se encuentran en familias sobreprotectoras tienen que luchar a menudo con temas de dependencia, negación o enfado de los padres. Sus síntomas coinciden con relaciones personales inestables, impulsividad, inestabilidad afectiva, respuesta agresiva a la frustración, ira inapropiada, trastornos de identidad, sentimientos crónicos de vacío, incapacidad de planificación.

Los medicamentos, indispensables en la mayoría de los casos de TLP sirven para mitigar algunos de los síntomas más apremiantes como la depresión, ansiedad e irritabilidad, pero no resuelven, por sí mismos, la problemática subyacente. Por eso, es aconsejable el tratamiento psicoterapéutico, llevado a cabo por un profesional experto; por lo que es pertinente aclarar que más importante que la adhesión de un terapeuta a una teoría, es su experiencia clínica y una actitud flexible que le permita utilizar en su abordaje terapéutico técnicas y estrategias variadas, y, sobre todo, contar con una especial capacidad para escuchar la problemática y la demanda de ayuda del paciente y de su familia.

Los objetivos generales de la psicoterapia están encaminados a que el paciente pueda mejorar sus relaciones interpersonales y disminuir la intensidad y presencia de conductas autodestructivas, así como la comprensión de sus conflictos internos y relacionales. Los TLP, con el tiempo y un tratamiento adecuado, pueden remitir, reduciendo el sufrimiento.

Los psicoterapeutas no atendemos casos o enfermedades o trastornos, sino seres humanos particulares, complejos, no reductibles a un diagnóstico. Escuchamos a la persona en concreto, su malestar, su caso particular y específico. El diagnóstico no es una verdad absoluta sino una herramienta útil para guiar a los profesionales en la dirección de la cura terapéutica.

Los criterios DSM – IV para el TLP solo han cambiado ligeramente desde sus orígenes, en el DSM – III. Los cambios se han basado en una amplia serie de estudios descriptivos. Los criterios aparecen ordenados en la tabla según su valor diagnostico. El texto que viene a continuación es una ampliación de cada criterio para enfatizar su significado clínico, pues son los mismos criterios descritos al principio, pero aca estan detallados de forma mas pedagogica:


1. Relaciones Interpersonales intensas e inestables. Este criterio describe las manifestaciones interpersonales de la escisión intrapsiquica. Una característica fundamental de la sicopatología limite es la incapacidad de relacionarse con las personas significativas del entorno (es decir, fuentes potenciales de atención o protección) sin idealizarlas, si la relación es gratificante o devaluadas, si no lo es; Kernberg (1967) es el responsable de la identificación de la relevancia del constructo kleniano de la escisión para el TLP. Su teoría relaciona esta escisión con la cólera incontrolada, que inicialmente se dirige hacia personas del entorno que aun son necesarias para el paciente.

2. Impulsividad. Este criterio evolucione desde la literatura medica inicial, en la que se describían los problemas de acting out en las terapias como una forma de resistencia o huida de los propios ceñimientos y conflictos. Los estudios empíricos también pusieron de manifiesto que la impulsividad de los sujetos Límite era, hasta cierto punto, distinta de la naturaleza autolesiva. Así, la posibilidad de recaída de una persona con TLP que abusa de sustancias seria grande en una situación de cólera hacia la persona responsable de su tratamiento o si esta persona esta ausente o no disponible.

3. Intolerancia Afectiva. Este criterio fue desarrollado en los trabajos de los primeros observadores clínicos que quedaron impresionados por la intensidad, labilidad y variedad de las reacciones afectivas de estos pacientes.
4. Ira. Tal y como ya surgió por primera vez Kernberg (1967), la fuente de la sicopatología limite implicaba una agresividad excesiva debida bien a un exceso temperamental o bien a una respuesta infantil a una frustración excesiva.

5. Conductas suicidas o autodestructivas. Los intentos, gestos o amenazas recurrentes de suicidio o las conductas autolesivas son la especialidad conductual de los pacientes. Limite. Este criterio es tan prototipito de estas personas que cuando el especialista se encuentre ante estas conductas el diagnostico rápidamente viene a su mente. La presencia de este comportamiento ayuda a identificar un TLP comorbido en pacientes que acuden a la consulta por depresión o ansiedad.

6. Alteración de la identidad. Este criterio proviene de la descripción de Kernberg este criterio ha sufrido modificaciones destinadas a diferenciarlo de los problemas genéricos de identidad que aparecen como aspectos normales del desarrollo, en especial durante la adolescencia. Este criterio intenta abarcar las distorsiones de la imagen corporal que se observa en personas con anorexia o con un trastorno dismorfico corporal; aun mas importante, intenta identificar los trastornos del “si mismo” (self) que son mas específicos de lo pacientes limites limite, es decir, adultos cuyos valores, hábitos y actitudes están excesivamente influidos por los de las personas con quienes están, hasta el punto de que creen carecer de identidad.

7. Sentimientos de vació. Los primeros analistas consideraban que si la fase oral del desarrollo no se completaba on éxito se creaba un dispocision hacia la depresión y hacia las relaciones dependientes, con avidez de objeto en la vida adulta. Esta conceptualización por los teóricos de las relaciones objétales.

8. Miedo al abandono. Este criterio refleja la principal aportación de Masterson al constructo Límite. El criterio debe diferenciarse de la ansiedad causada por la separación, más común y menos patológica. Aunque los pacientes Limite son bastante consientes de su temor a ser abandonados, algunos están tan acostumbrados a responder a estos miedos con sobre actuaciones que no los reconocen.
9. Pérdida del juicio de realidad. Este criterio deriva de la literatura clínica anterior, que hablaba de trasferencias psicoticas y del potencial de regresión psicótica en un contexto terapéutico no estructurado además la especulación sobre la posible relación ente la sicopatología límite y la esquizofrenia se alimento de reflexiones tan dispares sobre la regresión psicótica en contextos no estructurados como por ejemplo el test de Rorschach.

“Soy TLP, mi forma de vida se puede definir en dos palabras: blanco o negro, sí o no, todo o nada. No acepto medias tintas, la gente que quiera estar conmigo está o no está; está conmigo o en mi contra, yo hago exactamente lo mismo.

"Puedo ser sutilmente dulce y tierna o abiertamente agresiva; prudente y discreta como una tumba o la peor intrigosa que pueda existir. Si estás conmigo disfrutando de un momento placentero y dices o haces algo que no me guste, me vuelvo violenta y agresiva de repente; cuando eso pase, por favor no intentes calmarme, aléjate y déjame, no me hables, porque puedo destruirte de muchas formas.

"¿Sabes cuál pregunta me ‘repatea’: ¿cómo puedes ser tan lista para unas cosas y tan tonta para otras? Nunca te atrevas a hacerla, podemos terminar muy mal los dos.

"Las personas que me rodean se confunden conmigo, soy capaz de llorar al ver en la televisión algo triste, una película o las noticias... pero las tragedias reales, aunque sean de personas que quiero, rara vez me producen algún efecto, no sé por qué, pero así soy. Te sorprenderá saber –pero muy pronto te darás cuenta- que tú puedes tener una idea acerca de mí y otra persona una totalmente diferente, y las dos tienen la razón, así soy, esa soy yo exactamente”. (Paciente con TLP)

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El siguiete articulo nos enseña que el maltrato no es solo fisico, que tambien existe el maltrato psicologico o moral y lo curioso es que muchas veces aunque lo sabemos, no conocemos las diversas formas en que se dan, de ahi que sea el mas común y el que mas daño hace, al que muchos podemos caer y recaer sin darnos cuenta.

Este articulo es presentado por la Doctora Claudia A. Bermúdez Borja y tomado de desdelared.com.

El acoso moral o psicológico: atentado contra la integridad

"Cuando se habla de maltrato, por lo general se le identifica con los golpes físicos. Y, sin embargo, también es maltrato insultar, chantajear, hablar con groserías, hacer comentarios degradantes, burlarse, ser indiferente…

Hay quienes de manera persistente y prolongada sufren, por parte de otras personas, palabras, miradas y actitudes humillantes. En la mayoría de las veces, no saben que lo que el acosador busca es intimidar, para así obtener poder y control sobre su víctima, que puede ser el cónyuge, los hijos, los familiares, vecinos, compañeros de trabajo, etc.

La psicoterapeuta Claudia Bermúdez comenta que el acoso puede presentarse en cualquier entorno social, como familia, escuela, trabajo y grupos sociales.

Advierte que, en muchos casos, los acosadores son carismáticos y elocuentes. Precisa que son así de forma superficial, y que esta apariencia desaparece cuando se les conoce bien.

“Son sumamente destructivos, utilizan el doble mensaje para crear confusión y distorsionar el proceso de comunicación”.

Con este tipo de maltrato llega a suceder que muchas veces, la víctima no cae en la cuenta de que vive esta situación, que por otro lado menoscaba su salud mental y física.

El acosador no actúa destruyendo a su víctima inmediatamente. Extiende la tortura en el tiempo y le hace creer que la relación que mantiene es irreemplazable, que sin él/ella no vale nada. "Es alguien incapaz de considerar a los demás como seres humanos, y piensa que las personas son objetos de su posesión a quienes puede utilizar y controlar a su antojo".

Como la agresión no es notoria para quienes se encuentran fuera de la situación y el mensaje es impreciso, el agresor genera confusión en la víctima a grado tal que ésta duda si lo que sucedió es o no real, nos dice Claudia

Fase de odio o violencia

Llega un momento en que la víctima reacciona e intenta recuperar algo de su añorada libertad. El acosador responde con pequeñas agresiones para hacerle pensar ella/él es responsable de la situación. Y entonces sucede que la persona afectada, en su intento por no llegar a la ruptura, comete el error de confiar en que con paciencia el agresor cambiará.

“Si la víctima mantiene una actitud generosa con el acosador esperando escapar así de él, desgastará sus defensas hasta el colapso y retornará sumisamente a este ambiente hostil del que deseaba huir”.

Algunas formas de acoso psicológico

  • Maltratos
  • Asedio
  • Descalificaicón
  • Desprestigio
  • Humillación
  • Insultos
  • Chantajes
  • Calumnias
  • Burlas relacionadas con características personales o físicas
  • Comentarios degradantes
  • No dar respuesta a las preguntas verbales o escritas
  • Hablarle a la víctima de manera agresiva o grosera
  • Rechazar lo que proponga
  • Controlarla y vigilarla estrechamente
  • Limitar sus posibilidades de expresión
  • Etc.

Cómo superar los efectos psicológicos del acoso

  • No permitir más daño, romper con la relación patológica.
  • Descubrir y enfrentar las emociones de ira, dolor, coraje, tristeza, rabia e impotencia, evitar la negación y recordar que no es el tiempo el que cura sino los efectos de una confrontación constante con la realidad.
  • Expresar las emociones, hablar de lo que sucedió, asumir la responsabilidad y compartir el sufrimiento. Ser asertivo es aprender a controlarse, mantener una buena condición de salud física y eliminar malos hábitos.
  • Buscar Grupos de Apoyo.
  • Considerar la Psicoterapia para tener una mejor interpretación de vida".